
Atacar con un objeto que pueda provocar hilaridad, ofensa, apremio y escozor al mismo tiempo, pero sin causar la muerte de la víctima y, mucho menos un miserable rasguño; es difícil. Casi imposible. Una bomba, una bala, un garrote, un combo, una pedrada; sí que lo puede hacer, pero la idea es no causar daño físico.
Todos usamos zapatos
Los árabes también y se ufanan de ello. Es más, todo el mundo lo ha empezado a utilizar como un arma certera. Las futuras víctimas agilizan su juego de cinturas. Defensa exclusiva para poder sortear el ataque, que sin duda, nada les salvará. El ataque es tan preciso que, si no da en el blanco es como si lo diera.
Lo importante es que la víctima nunca se encuentre frente a uno de ellos, es el acto, es el lanzamiento el que hiere y ofende. Es conveniente que reciban de lleno el golpe, que sangren y la humillación será menor.
La necesaria historia
Los primeros artefactos conocidos hasta la fecha datan de los años alrededor de 8000 a.C. a 7000 a.C. Sin embargo, los materiales que se utilizan actualmente para su fabricación no suelen durar miles de años. El antropólogo físico Erik Trinkaus cree que ha encontrado pruebas de que el uso comenzó en el período comprendido entre el 40.000 y 26.000 años atrás, basado en el espesor de los huesos de los dedos de los pies.
El rey Eduardo (1272 -1307) fue quien uniformó las medidas.
En la Revolución Francesa no había para ambos pies. Aún no se fabricaban. El derecho era igual al izquierdo. Sin diferencias entre sí. Los pies terminaban domándolos: pasaba a ser uno el derecho y el otro, el izquierdo.
La primera referencia conocida de su manufactura en Inglaterra es de 1642, cuando Thomas Penddlton proyectó 4.000 pares y 600 para el ejército. Los movimientos militares de esta época iniciaron una demanda sustancial de estos artefactos. A mediados del siglo XIX comienzan a aparecer las máquinas para auxiliar en la confección de ellos, pero solamente la máquina de costura pasó a ser más accesible.
En todas las tradiciones y pueblos de la antigüedad este aparato era un símbolo de libertad, a la vez que constituía una demostración de autoridad, de dominio y una garantía de propiedad. Era por esto que los esclavos eran obligados a no usarlos, y también de ahí procede la clásica pose del cazador posando su pie enfundado de él sobre la pieza abatida.
El ataque necesario
Muntazer al-Zaidi, el reportero del canal de televisión Al Bagdadía que lanzó un bombardeo con estos artefactos y gritó "perro" al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha logrado un buen ataque.
De ahí la satisfacción generada por el hecho de que este periodista consiguiera expresar su reprobación por Bush sin más medio que ellos. Los mensajes lo felicitan por su acción y especulan con las posibles medidas a adoptar por el Gobierno iraquí, promovido por Washington.
El ejecutivo está sopesando la adquisición de cristales blindados en las salas de prensa contra estos ataques.
El único bombardeo que ha conseguido provocar hilaridad, ofensa, apremio y escozor en lugar de lágrimas y muerte en la antigua Mesopotamia ha sido con un zapato izquierdo y un derecho.
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